Vivir más simple, más lento en la región de Ticino.

Urgidos por llegar rápido a ninguna parte, consumimos experiencias. Consumimos lugares. Consumimos gente. Consumimos trabajos. Nos volvemos adictos a hacer y hacer y hacer. Más que vivir, muchos de nosotros elegimos transcurrir a una velocidad inusitada. Haber sido el esperma más rápido no es motivo para seguir el viaje de la vida a esa velocidad.
Trabajar menos, tener más tiempo para hacer las cosas que nos hacen felices, vivir mejor y satisfechos, de maneras más ricas y diversas. Significa retomar los valores esenciales del ser humano, de los pequeños placeres de lo cotidiano, de la simplicidad de vivir y convivir. El momento que se está viviendo es todo lo que se tiene y es menester tomar conciencia de él, viviéndolo plenamente.…

Creo que si se toma conciencia de que no hay necesidad de apurarse para todo, sino sólo para lo que es necesario y que todo ser humano debe disfrutar también de estar sin hacer nada, la vida de cada uno puede cambiar y ser más digna de ser vivida.

He pasado tres días por la región de Ticino, He subido y bajado montañas como monte Tamaro (1.962 metros),  o Cima de la Trossa (1.869 metros), he cruzado la frontera Suiza por el lago Maggiore en un hidropedal que un buen hombre me ofreció, pensaba que no era capaz de hacerlo, he dormido bajo cielo nublado y bajo estrellas, he comido tirado en un bosque, he vivido tranquilo y relajado. Para terminar he visitado Bellinzona, una ciudad preciosa famosa por sus tres castillos: Castelgrande, Montebello y Sasso Corbaro, los cuales pertenecen desde el año 2000 al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, así como la muralla del antiguo burgo.
Tres días por tierras Ticinas, visitando Locarno, Lugano o Bellinzona.
Amaneciendo en el Lago Maggiore.
Vistas a Locarno desde mi cama.

Comentarios