Sedella: Campeón de la I Carrera Interurbana
He llegado a la conclusión de que geográficamente hablando mi pueblo es aquel en el cual vivo y me asiento, no donde nací y me crié. Realmente en algún momento de mi madurez perdí cualquier apego geográfico, aunque eso daría para otra entrada en este blog. Lo que nunca he dejado de tener son recuerdos, recuerdos de mi pueblo, de mi infancia, de los amigos que a día de hoy, y con muchas vivencias de por medio, me siento sentimentalmente unidos a ellos, pero tristemente, no son una amistad valida en el presente. Cuando te criabas en un pueblo, los veranos eran la época del año donde más fiestas se concentraban y donde más tiempo se pasaba entre amigos. Una de esas fiestas era las feria local del pueblo y la de los cercanos, estos eventos eran sinónimo de diversión, alboroto y reunión, eran lo más. Realmente quemábamos las fiestas de los pueblos esperando el amanecer para desayunar churros en algún lugar antes de llegar a casa. Como en todo lo que pasa en esta vida, las vivencias var