Dragon Ball: La mejor infancia de todas

Soy un fanático de Dragon Ball desde que tengo uso de razón, o sea, desde toda la vida. Por lo tanto no es de extrañar querer pasar esa afición pronto a mi hijo, y no, no es un capricho cualquiera. Últimamente me he estado preguntando cómo lo voy a hacer. Para mí, como muchos, estuve obsesionado desde el día 1 y aquí estoy con casi 40 años, escribiendo sobre ello. Esa obsesión que me dijeron que dejaría antes de terminar el instituto sigue siendo algo irrompible. Pero, ¿Cómo debo presentar Dragon Ball a mi hijo? Si pudiera, no cambiaría nada con mi propia presentación. Hasta este momento, sólo disfrutamos con la canción del comienzo de la serie y alguna escena extra, no puedo evitarlo. Me pregunto si empezar a leer los comics de Dragon Ball sería la mejor opción. ¿O debería comenzar con los dibujos animados en pantalla? Supongo que no hay una respuesta correcta o incorrecta, lo que si tengo claro es que la historia de Goku debería ser una inspiración para todos nosotros. Como dije, crecí viendo Dragon Ball. Era adicto. La energía, los personajes, la historia, todo me hizo volver a ella una y otra vez. Creer en ella. Parte de ella. Hasta el día de hoy, no creo haber visto nada tan increíble en la televisión. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que era mucho más que unos dibujos. Es una obra de culto y ha transcendido más allá de cualquier formato o tiempo. Me enseñó lecciones que se han quedado conmigo para siempre.
Algunas de las lecciones de vida que aprendí del viaje de Goku. La primera de ellas es que "Nada nunca termina". La serie comenzó ha emitirse en televisión allá por 1986. Tiene 639 capítulos y hasta el día de hoy siguen saliendo nuevos episodios. Cada vez que crees que ha terminado, el estudio en cuestión con los derechos presenta otra extensión, adaptación, arco, trama o película. Podríamos hablar de la calidad de cada añadido, pero no entremos ahí. Lo que es seguro es que no tiene fin. Sin hablar de la cantidad de episodios, la propia historia lo demuestra. Nuestro héroe, Goku, muere 3 veces. Toda la población de la Tierra muere 4 veces. Muchos otros personajes mueren varias veces. Cuando crees que han terminado con un enemigo, aparece de nuevo. Freezer lo hace muchas veces. Nada termina realmente. Claro, nosotros, los mortales de carne y hueso que vivimos fuera del universo de Dragon Ball, solo morimos una vez, pero aparte de esto, nada termina nunca. Incluso la muerte, es posible que no sea el final, ¿verdad Mamá?. Para bien o para mal, la vida nos brinda siempre algún tipo de continuación. Lo que quiero transmitir es que siempre hay que mirar hacia el futuro. Siempre hay más que hacer. Siempre hay más para mejorar, aprender, descubrir o estudiar, no hay un final para ello. Continúa.
Otra lección que aprendí es que los límites existen para romperse. A lo largo de la serie, los personajes principales se encuentran con enemigos desafiantes y duros, a menudo mucho más fuertes que ellos. Normalmente, el comienzo de los combates, Goku es inferior a sus rivales. Ahí es cuando Goku suele descubrir algún poder oculto en lo más profundo de él y gana la batalla o por lo menos, no la pierde. Así que cuando crees que no puedes hacer más, por lo general puedes. Como dijo recientemente Tom Bilyeu en una entrevista con Jim Kwik, te quedarás sin energía antes de quedarte sin potencial. Dejaras de preocuparte mucho antes de que se te acabe la capacidad. Entonces, cada vez que surja lo que parezca un límite, sigue empujando un poco más y supérate. No es un límite. Es sólo un desafío más difícil. En cualquier carrera  donde nos impongamos una exigencia alta, podemos comprobar que cuando parece que no podemos correr más, siempre, queda algo que dar, un segundo o metro que recortar. En mi caso, la carrera de La Vega en Almuñecar, fue un claro ejemplo. En el último kilómetro, creía que no podía más, pero pude aguantar el ritmo para mantener la segunda posición en la general. A un ritmo de 3:32 lo hice, superando mis propios límites.
Nada se logra solo. Otro tema recurrente en la serie es el poder de la amistad y el amor. Cada vez que surgen desafíos, el poder que se necesita para superarlo se encuentra dentro de uno pero viene del exterior. Cuando Goku lucha contra Freezer en Dragon Ball Z, su amigo de la infancia Krillin es aplastado en pedazos. Luego, Goku se siente abrumado por el dolor y se transforma por primera vez en un Super Saiyan. Su amor por su amigo abre lo que más tarde sería una fácil transformación para él. Más adelante en la serie, los personajes aprenden a fusionarse. Gotenks, la fusión entre Trunks y Son Goten, transforma a los dos niños en una poderosa fuerza contra el enemigo Buu. Es encomiable tratar de lograr algo solo, lo sé por experiencia, pero también es risible esperar hacer algo increíble sin otros. Nos necesitamos unos a otros para aprovechar las fortalezas combinadas, para aprender unos de otros, para superar los desafíos. Incluso en una carrera como La Vega de Almuñecar, necesitas de rivales para medirte y superarte, necesitas la compañía de tu mujer o tu padre e incluso los consejos de tu amigo Fran para lograr alcanzar la meta, sin ellos, el resultado no hubiera sido el mismo.
Que te diviertas. La principal característica de Goku es su obsesión por la lucha. Si bien, en un principio siempre trata de resolver las cosas sin pelear, todavía le encantaría pelear para resolverlas. No importa cuán fuerte sea el enemigo, no importa cuán alto sea el riesgo, siempre entra en peleas con una mente juguetona. Se divierte. Sigue tratando de convertirse en un mejor luchador y nunca ve el entrenamiento como una tarea. Se empuja a sí mismo a los extremos porque le gusta. Intenta superar a todo el mundo porque le resulta divertido. Incluso después de dominar muchos niveles de Super Saiyan, a menudo comienza sus peleas en su forma normal y juega con el enemigo. ¿Es peligroso? Sin duda, ya que incluso logra que lo maten en Dragon Ball Super: La Resurrección de Freezer, pero aún así nunca se molesta. ¿Por qué? Porque se divierte. Con demasiada frecuencia, nos tomamos las cosas demasiado en serio. Queremos lograr algo y olvidamos la verdadera razón por la que empezamos, porque eran divertidas. Siempre que eso suceda, debemos recordar que nunca podremos mejorar si la diversión no es parte de la ecuación. La diversión es un aspecto no negociable de la mejora. Cuando compitas en una carrera, independientemente del resultado o el momento en el que te encuentres, nunca olvides porqué empezaste a correr.
Tener una gran razón. Como mencioné anteriormente, Goku se transforma por primera vez en Super Saiyan debido al dolor de perder a su amigo. Esto sucede una y otra vez en la serie, pero el que más me llamó la atención fue cuando su hijo, Gohan, se transforma en Super Saiyan 2 por primera vez. De manera similar, Gohan se siente abrumado por los sentimientos cuando se transforma por primera vez. En el anime, vemos aparecer un destello y la imagen de un pájaro volando. Quiere luchar por lo que el Androide número 16, que acaba de ser asesinado por Cell, amaba: la vida. Gohan deja que sus sentimientos lo abrumen y así alcanza un nivel de poder que ni siquiera sabía que estaba allí. Ya no lucha solo para ganar contra el enemigo. Ahora está luchando por el Androide número 16, por la vida, por el planeta, por el bien. Tratar de lograr algo que valga la pena no es fácil. Intentar sin una razón importante, un fuerte "Por qué", es en vano. Solo podemos esperar alcanzar nuestras metas cuando importan. Para mí, mi hijo se ha convertido en un poderoso "Por qué", para ser mejor persona, para ser más humilde, para amar más y querer un mundo mejor.
Todo el mundo tiene diferentes facetas. A lo largo de la serie, la mayoría de los enemigos de Goku se convierten en aliados. Yamcha, Piccolo, Vegeta e incluso una versión de Buu se hacen amigos de él. Cuando los vemos por primera vez, parecen malvados y llegamos a odiarlos. Pero a medida que avanza la serie, vemos más facetas de su personalidad. Los vemos como seres horribles debido al contexto, pero son más que solo ese contexto. Las personas aprenden unas de otras. Algo que suceda un día no significa que seguirá igual mañana. La gente cambia. Las personas no son personajes de personalidad lineal. Incluso cuando tenemos diferencias con los demás, seguramente habrá algo que aprender de ellos. No odies a las personas incondicionalmente. No ames a las personas incondicionalmente. Descúbrelos, aprende de ellos, deja que ellos aprendan de ti. Comparte, evoluciona, haz del mundo un lugar mejor manteniendo la mente abierta. No seas la misma persona que fuiste hace un año, ánima a tu hijo a cambiar, evolucionar, aprende con él.
Hay muchas otras lecciones que podríamos aprender de Dragon Ball y más concretamente de Goku. A pesar de ser un anime sobre peleas, demuestra características que todos deberíamos esforzarnos por desarrollar. Un niño debe de desarrollar. Es una representación del mundo en un ambiente divertido y amoroso donde las personas luchan para proteger el lugar que aman: la Tierra. Así que sal y usa esas lecciones, contigo y con tu hijo. Encuentra lo que te importa y diviértete en tu viaje para lograrlo. Cuida a los demás. Aprende de los demás y trabaja con ellos en lugar de contra ellos. Supera tus desafíos y dirígete a ese límite que nunca alcanzarás. Nada termina nunca, así que tienes todo el tiempo que necesitas. Solo necesitas empezar.

Comentarios

  1. Tener un hijo es un regalo que llena de alegría cada día. Mimarlo con amor, atención y risas crea vínculos inquebrantables, forjando memorias y nutriendo un crecimiento feliz y saludable.

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