Mochila S-Lab Sense 2: Minimalismo a la espalda

Me vida transcurre al Sur de España, vivo y trabajo en la Costa del Sol, esto significa que la mayor parte del año, hace buena temperatura para la practica de deportes al aire libre. Si hablamos de correr por montaña, las estaciones de verano y primavera son las que mejor aprovecho corriendo por Sierra Nevada y su gran entorno, las de otoño e invierno me gusta dejarlas para Sierra Tejeda y Almijara, al lado de casa. Soy de las personas que necesita poco para salir a correr por el monte, a veces, con unas zapatillas y un pantalón puedo estar horas fuera de casa, corriendo. Para correr por esta zona, de todos los materiales que he utilizado hasta ahora, es el chaleco S-Lab Sense 2 uno de los que más valoro, por su versatilidad, ya que gracias a sus características, es el que más se amolda a estas latitudes. Con los hombros y la espalda de malla y algunas bolsas bien colocadas, este chaleco no es voluminoso pero tampoco escaso, sin estar atascado por extras, puede centrarse en hacer lo que realmente necesito y cumplir perfectamente con mis necesidades.
Salomon S-lab Sense 2 es un chaleco de hidratación muy minimalista y ultraligera con 2 litros de volumen, para material, que hasta el día de hoy, me ha ofrecido bastante funcionalidad. Como la mayoría de chalecos, tiene dos bolsillos de hidratación en la parte delantera para almacenar 1 litro de agua, además, incorpora un pequeño bolsillo elástico sobreponiéndose a estos. Por encima de los bolsillos de hidratación lleva en la derecha un bolsillo con cremallera, pequeño, y en la izquierda un bolsillo con agarre de silicona. La bolsa de canguro con cinta de silicona en la parte trasera e inferior del chaleco también es un buen compartimiento de almacenamiento al que puedo acceder sobre la marcha. Con un diseño inteligente, ofrece un rendimiento óptimo y máxima eficiencia en carreras de grandes o cortas distancias donde el material obligatorio no sea muy abundante.
No dispone de un sistema de hidratación posterior y eso me gusta, perfecto, realmente ningún entrenamiento o competición me ha demandado portar más agua, ya sea porque la ruta contiene puntos naturales donde reponerla, avituallamientos, o porque con un litro de agua tengo para realizar fácilmente los 20 kilómetros en días calurosos. Los portabidones, en este caso, porta soft flask, tienen una pequeña goma elástica en la parte superior, que sirve para sujetarlos y evitar que se caigan, pero sobre todo, de las cosas que más me ha gustado es que me permiten beber líquido sin tener la necesidad de sacarlos de los bolsillos. Con la compra del chaleco viene de serie dos soft flask de 500ml, con nuevo diseño, siguen siendo fabricados por la casa hidrapack. La parte posterior tiene una base, un culo, pero que no termina cortado en recto sino que tiene forma de semicírculo y está diseñado con otro material más rígido. La parte superior también ha cambiado, ahora tiene una boca mucho más amplia, por lo tanto, mucho más cómoda, más rápida, que permite echar dentro pastillas o polvo fácilmente.
En la parte superior de uno de los laterales hay un bolsillo con cremallera, se cierra siempre de abajo hacia arriba y me permite guardar con seguridad cualquier objeto que necesito tener a mano, el material con el que está compuesto es una tela muy fina discretamente agujereada. Al otro lado, se encuentra el bolsillo sin cierre, perfecto para dejar los envoltorios de las barritas o geles que puedo tomar durante la carrera. Los bolsillos delanteros que se sobreponen a los de hidratación, de nailon elástico y transpirable, son muy elásticos, puedo guardar el móvil, barritas y geles, todo lo que necesito, están accesible, el inconveniente es que el peso delantero puede ser elevado, entre hidratación y sólido, pudiendo llegar a incomodar. En el bolsillo posterior, el de canguro, es muy elástico, he llegado a guardar un cortavientos, unas mallas, la manta térmica y un bocadillo, en ningún momento he sentido molestias o la perdida de la carga. Ningún compartimiento es impermeable, pero como he dicho anteriormente, en estas latitudes no es necesario, así que si llueve y no queremos mojar la carga, no queda más remedio que ponernos la chaqueta por fuera de la mochila.
El sistema de atado es sencillamente una sutil goma elástica de fácil manejo, que se ata con un nudo al final. Esto es ventajoso, si la goma se nos rompe o se deteriora de modo prematuro, nosotros mismos podemos cambiarla, de manera sencilla y económica, además, podemos hacernos un nudo final, a nuestra medida, y olvidarnos de la pieza de silicona que sirve como tope o fijador para regular la medida del cierre. Cuando los soft flask están llenos es cuando más rebota la mochila, un rebote mínimo, desaparece con los primeros sorbos. La mochila no se mueve en absoluto y la sensación es parecida a la de llevar una segunda piel, no me molesta, no me agobia, no me roza, no hay cintas colgando, ofrece una buena libertad de movimiento, transpira, ligera, resulta increíblemente cómoda. Hay que tener en cuenta que la mochila no es impermeable, ni de fuera hacia dentro ni viceversa, por lo que habrá que proteger los elementos electrónicos en caso de riesgo, por contra, su secado es sorprendentemente rápido.
Cuando compramos un artículo que tiene un precio elevado, como es este chaleco, se espera que además de cumplir con los estándares, los supere. Este chaleco construido con varias tecnologías patentadas por Salomon, como la malla Elastic Power, 3D Air Mesh, así como la incorporación de telas de absorción rápida de humedad 37.5 es un articulo, que como mínimo, no te dejará indiferente y si eres como yo, te dejará satisfecho.

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