Pinsapo Trail: Futuro Parque Nacional

En 1865, el gran arquitecto Frederick Law Olmsted miró hacia el Valle de Yosemite y sintió en él, un lugar que valía la pena conservar, por entonces salvar. Instó a la legislatura de California a protegerla del desarrollo desenfrenado que asolaba por aquella época. Olmsted ya había diseñado Central Park en la ciudad de Nueva York, estaba convencido de que deberían existir hermosos espacios verdes para que todas las personas pudieran disfrutar y aprovechar sus beneficios. Realmente pensaba que observar la naturaleza era favorable para la salud mental. En ese momento Olmsted quizás estaba exagerando, ya que su afirmación no se basaba en la ciencia sino en su intuición y experiencia. Pero fue una apreciación con una larga historia, viajó en el tiempo hasta Ciro II el Grande, quien hace unos 2.500 años construyó jardines para relajarse en la concurrida capital de Persia. Paracelsus, el médico germano-suizo del siglo XVI, dio voz a esa misma intuición cuando escribió: "El arte de curar proviene de la naturaleza, no del médico". En 1798, sentado a orillas del río Wye, el poeta William Wordsworth describe el efecto profundo de ese paisaje en su espíritu como una liberación. Fue entonces, donde escritores estadounidenses como Ralph Waldo Emerson y John Muir heredaron esa perspectiva y junto con Olmsted, crearon la necesidad espiritual y emocional de mantener el contacto con la naturaleza, de esta forma nacieron y se reconocieron los primeros parques nacionales del mundo. Y es que el principal argumento para ello fue que la naturaleza tenía poderes curativos.
No había mucha evidencia sólida entonces, pero la hay ahora, por ejemplo la existencia de problemas de salud pública a gran escala, como la obesidad, la depresión y la miopía generalizada, todos claramente asociados con el tiempo que pasamos en interiores. El profesor de psicología de la Universidad de Utah Strayer y otros científicos han buscado y buscan con renovado y gran interés la forma en que la naturaleza afecta a nuestros cerebros y cuerpos. Sobre la base de los avances en neurociencia y psicología, han comenzado a cuantificar lo que antes parecía divino y misterioso. Estas mediciones, desde las hormonas del estrés hasta la frecuencia cardíaca, pasando por las ondas cerebrales o los marcadores de proteínas, indican que cuando pasamos tiempo en el espacio verde "hay algo profundo que está sucediendo", en nuestro cuerpo. Hoy son afirmaciones de personas como el profesor Strayer, que en su momento lo intuyó Olmsted. Espero que algún día podamos entender de qué manera el uso asiduo de dispositivos digitales y de otras tecnologías cambia la manera de pensar y la de comportarnos y cómo retirarse a la naturaleza pueda revertir esos efectos.


En Andalucia tenemos un Parque Natural llamado Sierra de las Nieves, que pronto se convertirá en Parque Nacional y con ello alcanzará la máxima protección ambiental por parte jurídica. El Parque alberga el 65% de la superficie de pinsapar en España, siendo el abeto pinsapo (Abies pinsapo) y el abeto blanco (Abies alba) los únicos representantes del género Abies en la Península Ibérica. Hasta ahora el pinsapo no estaba presente en ninguno de nuestros Parques Nacionales, por lo tanto con la inclusión de la Sierra de las Nieves, la variedad de la flora y la vegetación seguirá creciendo. Además de la gran belleza de sus bosques, los paisajes kársticos, con sus numerosas simas, y los caudales de aguas minerales despiertan un gran interés entre cualquier amante de la naturaleza. El futuro Parque Nacional, decimosexto en la red, tiene una superficie de 23.000 hectáreas, donde incluye los municipios de Benahavis, El Burgo, Istán, Monda, Parauta, Ronda, Tolox y Yunquera. Es este último municipio, el de Yunquera, el organizador de la Pinsapo Trail, una carrera de montaña.
La carrera cuenta  ya con nueve ediciones, algunas tan recordadas visualmente como la edición pasada, ya que se produzco una nevada antes y durante la carrera. Yo no había participado en ninguna de las ediciones anteriores, pero si había ido unas docenas de veces por la zona. El recorrido, de 31 kilómetro y de gran belleza, se puede resumir en varias partes, la primera es el tramo hasta el Puerto Saucillo y primer avituallamiento, sobre siete kilómetros de senderos corribles, cerrado y sin vistas, a partil del cual empezamos a meternos de lleno en el Parque Natural Sierra de las Nieves. Desde aquí seguimos subiendo hasta escasos metros del Peñón de los Enamorados, el punto más alto de la carrera a más de 1.700 metros y habiendo afrontado en sólo 12 kilómetros más de 1.000 metros de desnivel positivo. A partir de aquí, una vez comienza la bajada, suele hacer bastante calor, el descenso alcanza hasta el Mirador Ceballos, situado sobre el kilómetro 21 junto a otro avituallamiento. En este punto hay que reponer, tomar algo, pues el cortafuegos de Juanisco Huelva, con 300 metros de desnivel positivo en pocos metros de distancia exige gran esfuerzo. Una vez coronado, prácticamente es todo hacia abajo, volvemos a pasar por el puerto Saucillo e incluso se repiten los últimos kilómetros hasta meta.
La carrera bien merece la pena, correr por este lugar puede ser realmente inspirador y satisfactorio, hay un pero, pienso que para ir a esta carrera antes habría que haber estado unas cuantas veces por la zona, recorrerla con los sentidos. Esta es una carrera, que su mayor virtud, como muchas otras, es el lugar por donde transcurre, no hay más, y a mí me parece bien, lo que predomine de una carrera sea su recorrido y lugar. Cuando corremos, no podemos fijarnos en el paisaje, en la forma de las ramas, la vegetación, especies o la disposición de nuestro entorno. En esta edición estuvo lloviendo, las rocas de apoyo estaban muy resbaladizas y no era posible quitar la mirada más allá de un par de zancadas. No fue una carrera cómoda, varias caídas, las Slab6 no son amigas del agua, sales con el cortavientos, pero a mitad te lo quitas, te lo amarras pero se engancha. Como todo en esta vida, la experiencia es un grado y seguramente a mi me faltará, por lo menos, en carrera. Cuando pienso en este lugar, la Sierra de las Nieves, lo primero que recuerdo no son las caídas, tampoco haber quedado en la posición 15 ni gente corriendo por detrás. Cierro los ojos y recuerdo la extrañas formas de las ramas de los quejigos de montaña, a veces cargadas de nieve, me veo sentado en alguna roca, observando las profundas cañadas de bosques puros de pinsapares y como alivian mi dolor, algo que una carrera no podrá hacer nunca.

Comentarios

  1. En las sendas del trail, el calzado correcto es tu aliado más leal. Con cada paso, la seguridad y el agarre se fusionan, permitiéndote conquistar terrenos desafiantes con confianza y determinación.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario