Quien sueña despierto duerme sus miedos

Yo no he ganado el concurso que patrocinaba la marca de ropa de montaña "Grifone", tampoco voy a competir en ninguna carrera, pero no por ello me iba a quedar sin ir a los Pirineos este año, porque por suerte, las montañas siguen siendo un lugar donde reina la libertad, cuando el telón baja, las montañas siguen ahí, más allá de un concurso o una carrera, cuando todo acaba, siguen ahí para poder descubrir todo el esplendor que nos aporta. Mi esencia es de los que echan de menos el dormir bajo el manto de las estrellas, soy de los que se emocionan al llegar a una cima y sentir el latido de todos aquellos valles bajo los pies, de los que se recrea al notar el calor del calcáreo cuando te agarras con fuerza a una de sus presas, de los que podrían pasar días y días en la cima de una montaña sin más compañía que la del viento y las nubes, de los que se conmueven y emocionan al recordar aquélla puesta de Sol o aquel Amanecer desde un vivac.


Me dirijo al corazón de los Pirineos, al Valle de Benasque, estoy intentando planificar el viaje, Pico Aneto, Val de A'ran, últimos glaciares de la península, El Poset, la Gran Bucle que es considerada la ruta circular mas grande los Pirineos, etc. Planificar todo al detalle e invertir mi energía en activar la imaginación para construir futuros escenarios imaginarios que me aporten destreza para hacer "El plan deseado", me sobrecarga demasiado las neuronas. De eso ya estoy muy agotado, es un peso en mi espalda del que necesito prescindir para dejar paso a la improvisación de disfrutar del momento y vivir de pleno el Aquí y el Ahora. Decididamente, aunque sepa que futurizar puede generarme cierto sosiego interno, se que será efímero y eventual.


Ojalá, este verano, para muchos de vosotros y vosotras, abunden esos momentos llenos de PRESENTE... de emociones innombrables, de sentimientos en las montaña, en su estado más puro y primitivo. Recuerda que la soledad bien entendida, aviva el carácter y fortalece el espíritu.

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