La decisión: Vuelta a Casa en Bicicleta.

“La vida es una decisión”. Esto hemos aprendido o nos han querido decir siempre sin poner muchos reparos al respecto. Decisiones por aquí y por allá marcan nuestro camino y el de todas las personas que nos rodean. ¿Realmente creemos que tenemos el control de las decisiones que tomamos? En algún momento ¿Reflexionamos sobre las decisiones que tomamos y sus resultados? ¿Tenemos idea el grado de influencia de nuestro entorno? o ¿Creemos que es posible decidir solos? ¿Tener más opciones nos ayuda a elegir mejor? ¿Qué parte de nuestra decisión es racional y qué parte sentimental? Cuando comienzas a realizarte preguntas, entras en un pozo sin fondo...

Para bien o para mal los seres humanos no siempre tomamos decisiones racionales. Pero tomar decisiones irracionales es lo que nos hace humanos. Estas decisiones basadas en el impulso del sentimiento a menudo nos permite que esos momentos nos hagan sentir realmente vivos.

Sin más vueltas que darle, inspirado por el sentimiento y la irracionalidad, me subo en un tren que si bien sé ha donde se dirige, no se cuales son sus paradas. Ya siento el cosquilleo del nuevo camino, no quiero cerrar el post sin decir que la bicicleta la he comprado de segunda mano por 80 francos, he tenido que hacerle bastantes cambios y arreglos, los cuales, poco a poco lo he podido realizar, como siempre, con un gran esfuerzo económico, sumado al encontrarme en otro país poco económico, ha sido una gran lucha con un resultado satisfactorio.

Esta ha sido la bicicleta que el destino me ha ofrecido para realizar este viaje.