Un viaje no es sólo una visita a una ciudad, una región o un país... También es una experiencia para conocernos a nosotros mismos, la mejor forma para ello es viajar con tu mochila o sobre dos ruedas, buscar la esencia del viajero puede cambiarte la vida. Después de pasar jornadas conviviendo con la naturaleza cargando con tu equipaje seguro que algo, por pequeño que sea, cambia en tu interior. Cualquier época del año es buena para viajar, pero el verano suele ser una época especial donde la meteorología suele respetarnos. La Cordillera Pirenaica se extiende del océano Atlántico al mar Mediterraneo, abrazando y hermanando para siempre a un buen puñado de tierras, idiomas y culturas diferentes. A pesar de que a priori este hecho diferencial parezca insalvable, existe una única cultura y único país: los Pirineos, que unen a todos sus hombres y mujeres que habitan en sus valles, a los pies de las grandes montañas. Después del Cáucaso y los Alpes, los Pirineos son la cordillera más importante y destacable de Europa, pues se extiende aproximadamente a lo largo de casi 500 kilómetros de longitud, y está formada por multitud de montañas de todas las caracteristicas posibles e inimaginables. Yo elegí viajar a los Pirineos este verano pasado, en principio por la meteorología, pero terminé descubriendo unas montañas, que en su época estival, destacan por su diversidad, por su proximidad a los montañeros, y sobre todo, por ofrecer ascensiones y rutas para todo el mundo, adecuadas a todos los niveles: cada uno puede decidir el camino y montaña según su nivel físico y técnico.
jueves, 31 de octubre de 2013
Algo más que un relato sobre los Pirineos.
Son las tres de la madrugada y aquí estoy, sentado frente a mi pantalla con las manos apollada sobre el teclado y escribiendo sin sentidos mientras dejo a ZPU que corra por mis venas. Sigo en el dique seco, sin hacer deporte, sin dormir y perderme en la montaña; es inevitable no sentir nostalgia de algo que estando tan lejos está tan cerca y estando tan cerca está muy lejos. Me gustaría volver a escribir, tener lugares que me inspiren, sentimientos que me motiven, de vez en cuando miro por la ventana y veo un sinfín de luces de color y de tejados; pero son tejados inertes, carentes de cualquier atractivo o incentivo que me aliente a pensar que tal vez pudiera haber un halo deesperanza para poder ser feliz en esta jungla de asfalto. En estos momentos me encuentro vació pero los recuerdos te hacen fuerte, tenia esta entrada pendiente, después de publicar las fotos y el vídeo, me quedaba escribir sobre la experiencia, así que aprovecho esta noche pasiva para volver a ser yo.
Un viaje no es sólo una visita a una ciudad, una región o un país... También es una experiencia para conocernos a nosotros mismos, la mejor forma para ello es viajar con tu mochila o sobre dos ruedas, buscar la esencia del viajero puede cambiarte la vida. Después de pasar jornadas conviviendo con la naturaleza cargando con tu equipaje seguro que algo, por pequeño que sea, cambia en tu interior. Cualquier época del año es buena para viajar, pero el verano suele ser una época especial donde la meteorología suele respetarnos. La Cordillera Pirenaica se extiende del océano Atlántico al mar Mediterraneo, abrazando y hermanando para siempre a un buen puñado de tierras, idiomas y culturas diferentes. A pesar de que a priori este hecho diferencial parezca insalvable, existe una única cultura y único país: los Pirineos, que unen a todos sus hombres y mujeres que habitan en sus valles, a los pies de las grandes montañas. Después del Cáucaso y los Alpes, los Pirineos son la cordillera más importante y destacable de Europa, pues se extiende aproximadamente a lo largo de casi 500 kilómetros de longitud, y está formada por multitud de montañas de todas las caracteristicas posibles e inimaginables. Yo elegí viajar a los Pirineos este verano pasado, en principio por la meteorología, pero terminé descubriendo unas montañas, que en su época estival, destacan por su diversidad, por su proximidad a los montañeros, y sobre todo, por ofrecer ascensiones y rutas para todo el mundo, adecuadas a todos los niveles: cada uno puede decidir el camino y montaña según su nivel físico y técnico.
martes, 1 de octubre de 2013
La nota que nunca quise recibir.
Un aviso iba incluido en mi nombre. Si hubiera sabido leerlo hubiera
podido deducir que todo era una trampa del destino, una jugarreta más de
las suyas, esas que tanto le divierten y que tan lejos se encuentran
del humor humano...
Esta entrada la publique el 1 de Octubre, por primera vez desde que tengo el blog, no quería ponerme en frente del teclado pues no sabía muy bien como expresarme y se me ocurrió poner la imagen de "Game Over" y dejarlo ahí. Hoy, poco más de dos semanas después he vuelto a entrar en el blog, tras algunos mensajes privados, me doy cuenta que la entrada no llevaba mi sello, ese toque personal que tiene cada persona cuando se expresa con sinceridad. Hoy he entrado porque echaba de menos escribir y resulta que lo que falta en esta entrada son letras, así que voy a editarla en vez de crear otra e intentar completarla y aclararla un poco.
Esta entrada la publique el 1 de Octubre, por primera vez desde que tengo el blog, no quería ponerme en frente del teclado pues no sabía muy bien como expresarme y se me ocurrió poner la imagen de "Game Over" y dejarlo ahí. Hoy, poco más de dos semanas después he vuelto a entrar en el blog, tras algunos mensajes privados, me doy cuenta que la entrada no llevaba mi sello, ese toque personal que tiene cada persona cuando se expresa con sinceridad. Hoy he entrado porque echaba de menos escribir y resulta que lo que falta en esta entrada son letras, así que voy a editarla en vez de crear otra e intentar completarla y aclararla un poco.








